Los problemas o las situaciones problemáticas son normales en nuestra vida cotidiana porque ocurren a diario. Todos pasamos por momentos difíciles, algunos de ellos tan complejos que por momentos pensamos que no tienen solución. Frente a situaciones que nos desestabilizan y nos desconciertan, pueden suceder dos cosas: que el evento se supere y nos sirva de oportunidad para crecer o bien, que aumente la dificultad.
Al no encontrar solución a un problema surgen o se incrementan el estrés y cambios en el estado de ánimo (irritabilidad, alegría, tristeza, confusión…), así como manifestaciones físicas como dolores de cabeza, dificultades para dormir, dolores de espalda… Lo habitual es que no tomemos ninguna decisión, no actuemos, el tiempo siga pasando y todos estos problemas asociados aumenten.
Lo que ocurre es que muchas veces definimos el problema de manera errónea y por ello no encontramos las soluciones. Un problema es aquella situación real o imaginaria a la que tenemos que dar una solución, pero de la cual no disponemos en ese momento. Es decir, el problema no es la situación en sí, sino que la solución que damos es inadecuada
En La Vida Es Para Vivirla podemos enseñarte el entrenamiento en solución de problemas, con el que aprenderás a reconocer tus propios problemas, buscar soluciones y decidirte por la mejor opción en cada situación.