Hay momentos en los que nos sentimos tristes (a veces tenemos un motivo y otras veces no), entonces nos quedamos en casa con ropa cómoda sin hacer nada. Esto a corto plazo es placentero y muy sano, pues sentimos la necesidad de cuidarnos y mimarnos. Hacemos caso a la desgana y a la inercia. Sin embargo, al mantener esta forma de actuar a largo plazo, alimentamos los pensamientos negativos y dejamos de vivir situaciones placenteras. Cada vez nos cuesta mas salir, y con el bajo estado de ánimo que tenemos, intentamos evitar el esfuerzo que supone salir al mundo. Nos estancarnos en la tristeza y en la inercia, perdiéndonos momentos agradables y alimentando nuestro bajo estado de ánimo. Se cierra así un círculo sin salida del que cada vez que se da un ciclo, es más difícil salir.
Si has llegado hasta aquí, te mereces la oportunidad de recibir ayuda especializada para encontrar la forma de salir de este ciclo de desesperanza, indecisión, apatía, desgana…