Para poder cuidar hay que cuidarse.
El estrés que supone cuidar de una persona enferma puede llegar a suponer un gran agotamiento físico psicológico. Cuando comenzamos a cuidar de alguien tendemos a creer que lo llevaremos bien, que durará poco tiempo y seremos ayudados por otros familiares. Compaginamos entonces el trabajo que teníamos anteriormente con la responsabilidad de la vida de otra persona (higiene, medicamentos, alimentación), y paralizamos nuestras metas vitales. Esta situación se alarga, las complicaciones se acumulan, cada vez nos desatendemos mas y nos encerramos en nosotros mismos.
El tratamiento se encamina a restablecer las áreas vitales del cuidador. Para ello es necesario implicar a cuidadores auxiliares, potenciar un apoyo emocional con quien poder desahogarse, incrementar el tiempo de ocio y en sociedad, comer y dormir bien…
En La Vida Es Para Vivirla podrás encontrar la ayuda que necesitas, reconocer que existe un problema es el primer paso y hay que seguir adelante.