NIÑOS Y ADOLESCENTES

Sienten las mismas emociones que nosotros, tienen miedos, se ponen nerviosos, se sienten inseguros, les preocupan sus amigos, quieren ser aceptados por los demás, no les gusta que las cosas les salgan mal y a veces también sufren. Son problemas reales proporcionales a su edad y capacidad para gestionar  y solucionar.

Puede que seamos nosotros quienes consideremos que nuestros hijos necesiten ayuda, o sean ellos mismos quienes la soliciten. Pero al igual que los adultos, ellos también pueden verse superados por las circunstancias.